Las tirolinas y los rápeles guiados son un recurso muy empleado dentro del mundo vertical y del rescate vertical.
La tirolina, también llamada cuerda soporte o guía, es una instalación de cuerda, horizontal o inclinada, generalmente sin puntos intermedios, que une un punto inicial A con un punto final B.
Por ejemplo, una tirolina en un parque de aventura, se usa para descender a personas de una manera controlada; praticando el barranquismo o en espeleología, nos puede ser útil para evitar una peligrosa marmita trampa, o una cascada.

El empleo de tirolinas en un rescate vertical en espeleología es muy habitual a la hora de movilizar la camilla. Esta maniobra conferirá al operativo rapidez, seguridad, y eficacia para afrontar algunas dificultades del medio subterráneo (desfondamientos, meandros, zonas acuáticas, etc.).
En el terreno profesional, trabajos en altura o trabajos verticales es habitual encontrarnos trabajos en los que solo es necesario desplazarse en sentido vertical, (por ejemplo, reparando una fachada, revisando una chimenea, pintando un patio de luces…), situaciones en las que normalmente colocamos varias líneas de trabajo paralelas, y simplemente nos desplazamos arriba y abajo, cambiamos de línea de trabajo y nuevamente arriba y abajo.
Sin embargo, existen actuaciones en las que, por sus características, se exige que usemos nuestra imaginación para diseñar tendidos de trabajo adaptados a la situación.